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lunes, 18 de abril de 2011

semana santa

CONDENAN A MUERTE A JESÚS
Señor mío y Dios mío, bajo la mirada amorosa de nuestra Madre, nos disponemos a acompañarte por el camino de dolor, que fue precio de nuestro rescate. Queremos sufrir todo lo que Tú sufriste, ofrecerte nuestro pobre corazón, contrito, por que eras inocente y vas a morir por nosotros, que somos los únicos culpables. Madre mía, virgen dolorosa, ayúdame a revivir aquellas horas amargas que tu Hijo quiso pasar en la tierra, para que nosotros, hechos de un puñado de lodo, viviésemos, el la libertad y la gloria de los hijos de Dios.
I ESTACIÓN. CONDENAN A MUERTE A JESÚS
Han pasado ya los diez años de la mañana. El proceso está llegando  a su fin. No ha habido pruebas concluyentes. El juez sabe que sus enemigos se lo han entregado por envidia, e intentando un discurso absurdo: la elección entre Barrabás, un malhechor acusado de robo con homicidio, y Jesús, que se dice de Cristo. El pueblo elige a Barrabás. Pilatos exclama:
-          ¿Qué he de hacer, pues, de Jesús? (Mt XXVII, 22)
-          Contestan todos: - Crucifícale!
-          El juez insiste:-Pero ¿Qué mal ha hecho1?
-          Y de nuevo responden a gritos:-Crucifícale!, crucifícale!
-          Se asusta Pilatos ante el creciente tumulto. Manda entonces traer agua, y se lava las manos a la vista del pueblo, mientras dice:
-          Inocente soy de la sangre de este justo; vosotros veréis(Mt XXVII, 24)
-          Y después de haber hecho azotar a Jesús, lo entrega para que lo crucifiquen. Se hace el silencio en aquellas gargantas embravecidas y posesas. Como si Dios estuviese ya vencido.
-          Jesús esta solo. Quedan lejanos aquellos días en que la palabra del hombre – Dios ponía luz y esperanza en los corazones, aquellas largas procesiones de enfermos que era curados, los clamores triunfales de Jerusalén cuando llegó el Señor montado en un manso pollino. Si los hombres hubieran querido dar otro curso al amor de Dios! Si tu y yo hubiésemos conocido el día del señor!






VIA CRUCIS, 1ª ESTACION.N.1


-          Jesús ora en el huerto: Pater mi (Mt. XXVI, 39), Abba, Pater! (Mc XIV, 36). Dios es mi Padre, aunque me envíe sufrimiento. Me ama con ternura, aún hiriéndome. Jesús sufre por cumplir la Voluntad del Padre… Y yo, que quiero también cumplir la santísima voluntad de Dios, siguiendo los pasos del Maestro, ¿podré quejarme, si encuentro por compañero de camino el sufrimiento?

-          Constituirá una señal cierta de mi filiación porque me trata como a su Divino Hijo. Y, entonces, como El, podré gemir y llorar a solas en mi Getsemaní, pero, postrado en  tierra, reconociendo mi nada, subirá hasta  el señor un grito salido  de lo íntimo de mi alma:  Pater mi, Abba, Pater,…fiat!






VIA CRUCIS, 1ª ESTACION, N.2



-          El procedimiento: … venit hora: ecce Filius hominis tradetur in manues peccatorum (Mc XIV, 41) … Luego, ¿el hombre pecador tiene su hora? Sì, y Dios su eternidad!...
-          Cadenas de Jesús! Cadenas.
Voluntariamente se dejó El poner, atadme, hacedme sufrir con mi Señor, para que este cuerpo de muerte se humille … Porque –no hay término
medio- o le aniquilo o me envilece. Más vale ser esclavo de mi Dios que esclavo de mi carne.










VIA CRUCIS, 1ª ESTACION, N.3

D
urante el simulacro de proceso, el Señor calla, lesus autem tacebat (Mt XXVI, 63).  Luego, responde a las preguntas de Caifás y de Pilatos… Con Herodes, veleidoso e impuro, ni una palabra (Cfr. Lc XXIII, 9): tanto deprava el pecado de lujuria que ni aún la voz del salvador escucha.

-          Si se resisten a la verdad en tantos ambientes, calla y reza, mortifícate… y espera. También en las almas que parecen más perdidas queda, hasta el final, la capacidad de volver a amar a Dios.




VIA CRUCIS.1ª ESTACION, N.4


-          Está para pronunciarse la sentencia. Pilatos se burla: ecce rex vester! (loh XIX, 14). Los pontífices responden enfurecidos: no tenemos rey, sino  
-          Señor!, ¿dónde están tus amigos?, ¿dónde, tus súbditos? Te han dejado. Es una desbandada que dura  veinte siglos… Huimos todos de la Cruz de tu santa Cruz.
-          Sangre, congoja, soledad y una insaciable hambre de almas… son el cortejo de tu realiza.




a César (loh XIX, 15)


VIA CRUCIS,1.A ESTACION, N.5

-          Ecce Homo! (loh XIX, 5). El corazón se estremece al contemplar la Santísima Humanidad del Señor hecha una llaga.

-          Y entonces le preguntarán ¡ que heridas sin esas que llevas en tus manos? Y el responderá: son las que recibí en la casa de los que me aman (Zach XIII, 6).

-          Mira a Jesús. Cada desgarrón es un reproche, cada azote, un motivo de dolor por tus ofensas y las mías.


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